sábado, 16 de diciembre de 2017

La aprobación de los demás, error y barrera al actuar.




Hoy quiero hablar de la poderosa y a la vez, mala influencia que tiene la aprobación de los demás, cada vez que decidimos hacer algo o lo hacemos. Una/o busca muchas veces la aprobación de los demás para cosas que realiza, o la tiene en cuenta a la hora de tomar futuras decisiones.

El "que dirán" puede llevar a que uno mismo necesite su aprobación y se plantee el hecho de si la tiene o no. El libro "tus zonas erróneas" habla muy bien de muchos puntos, entre ellos este de aprobación. Muy recomendable.

Quiero animaros a que no pertenezcáis al grupo de gente que necesita esta aprobación. Como muchos políticos, puedes tener una idea y mostrarla de diferente forma a unos o a otros en busca de la aceptación de todas las partes. Lo que vendría siendo un "bien queda". Por esa "falta de aprobación" los días pasan, pasan las semanas y con ellas los meses... y los años. Pasan oportunidades de hacer cosas nuevas, diferentes, y con ello la posibilidad de romper con rutinas o a veces, y lo que puede ser más peligroso, puede pasar la oportunidad de ser uno mismo y tomar tus propias decisiones.

Necesitar la aprobación de los demás a la hora de actuar, puede cortar el deseo inicial de hacer algo o una idea a desarrollar. Y provoca, si se me permite la expresión, que uno sea preso de su propia libertad.

Que aplaudan a veces nuestras acciones gusta, pero no debe convertirse en una necesidad. El mayor problema es que muchas veces antes de actuar, los niños preguntan y se les dice que hagan esto o lo otro. Llega un punto en que cuando a un menor se le ofrece algo, mira al adulto preguntándose ¿Lo cojo? ¿No lo cojo? y a veces el lo quiero o no lo quiero. A uno lo enseñan a ser obediente en exceso y cuando cometía un error por decidir, castigo. Además, había numerosos documentos dirigidos a casa para comunicar los grados de aprobación, en forma de evaluaciones o notas, no siempre acadmémicas.

La religión en muchos casos, lleva a los creyentes a una necesidad de aprobación. Las grandes religiones hoy te dicen haz aquello o lo otro y si no lo haces, te harán ver que ese no es el "camino", que lo estás haciendo mal y que debes sentirte mal por ello y arrepentirte. Muchos seres humanos tienen una conducta moral no por hacer lo que creen que es apropiado, sino por hacer lo que es apropiado para su religión. Vivimos en un estado de evaluación y por ende, de aprobación constante. ¿Qué pueden pensar de mí por vestir de una forma u otra, por besar a un género u otro públicamente, o por expresar ideas abiertamente sobre un tema u otro, en sociedad. 

Pregúntate si te iría mejor si en todas tus decisiones, todo el mundo estuviera de acuerdo contigo. Acepta que no puedes gustar a todos, y que no existe tal necesidad, no te escondas, no te excuses. SE FELIZ Y VIVE TU VIDA, no la de los demás.

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